Taller de narrativa corporal
El día 21 de
Mayo la clase de 1º B y 1º C de educación primaria recibimos la visita de una profesora de
educación física de Almería. Comenzó presentándose y comentando a que se
dedicaba, luego nos comentó que la educación física no es solo deporte, la educación
física es movimiento corporal, equilibrio, conocimiento de uno mismo…
Para comenzar el taller la profesora nos dijo que
teníamos que cerrar los portátiles y dejar las mochilas a un lado de la clase
para que no nos molestase, pero todo esto teníamos que hacerlo al ritmo de la
música. La canción que sonaba era “Happy” de Pharrell Williams. Una vez hemos
apartado todas las mochilas y demás cosas nos pusimos a bailar por toda la
clase al ritmo de esta canción, pero con una condición, no podíamos tocar las
sillas ni entre nosotros, ni hablar, solo podíamos cantar la canción si nos la
sabíamos. Mientras bailábamos al ritmo de la música la profesora nos iba dando
pautas para bailar, por ejemplo una de ellas fue que solo moviéramos la cabeza.
Poco después
de bailar entre las sillas, cada persona de la clase tuvimos que elegir una
silla, pero no una silla cualquiera sino la silla más lejana a nosotros, más
complicada de coger, la que más nos gustase. Todo esto había que hacerlo sin
hablar, si dos personas cogían la misma silla tenían que discutir sin hablar
quien se quedaría la silla. Tras coger cada uno la silla, recogimos las demás,
las plegamos y las pegamos a la pared para que no nos molestase.
Tras dejar
más espacio en la clase, nos pusimos a bailar con la silla, primero con la
silla en el suelo, luego podíamos cogerla y hacer lo que quisiéramos con ella. Cuando
comenzamos a bailar con la silla tuvimos que hacer los pasos que quisiéramos,
luego imitar a la persona de nuestro lado, luego a una persona que estuviera
lejos. Cuando ya nos hubiéramos quedado con esos pasos la clase se dividió la
en 4 grupos. Cada grupo tuvo que hacer una coreografía con los pasos que habían
aprendido cada uno. La tarea de realizar una coreografía no es difícil pero el
problema estaba en que no podíamos hablar entre nosotros ni hacer gestos,
teníamos que ir aportando cada uno lo que creía que pegaría en el baile.
En cuanto
cada grupo enseñó su coreografía, la profesora nos dijo que nos pusiéramos en
círculo sentado cada uno en una silla. Una vez sentados todos nos hizo una
especie de taller de relajación, aunque ella dijo que no era de relajación,
pero yo y muchos de mis compañeros
pensamos que sí. La situación fue la siguiente, cuando ya estábamos
sentados todos en círculo la profesora nos dijo que pusiéramos las manos sobre
las piernas, que mirásemos que estuviéramos bien sentados. Mientras iba
explicando cómo había que sentarse bien iba recordándonos el nombre de ciertos
huesos y músculos que no recordábamos, una vez estábamos sentados perfectamente
nos pidió que diéramos tres respiraciones profundas y que luego recapacitáramos
sobre tres preguntas. Que eran las siguientes: ¿Qué sensaciones habíamos
tenido? ¿Cómo lo relacionaríamos con las asignaturas de organización y
didáctica? ¿Qué pensábamos acerca de la actividad?
Después de
pensar sobre estas preguntas algunos de los alumnos expusieron sus respuestas.
Hubo variedad de respuestas, muchos se sintieron raros porque lo de bailar era
algo que no haríamos en una clase normal, muchos sintieron vergüenza, timidez,
cohibidos… otros se sintieron libres, ya que podían hacer lo que quisieran
aunque siempre dentro de unos límites. Podemos relacionar este taller con la
organización, ya que a la hora de hacer la coreografía necesitábamos
organizarnos y saber cómo hacerlo. Así fue como acabamos la primera parte del
taller.
La segunda
parte del taller comenzó a las 11 y cuarto, comenzamos haciendo una piña en la
mitad de la clase con las personas que había. Para esta actividad ya éramos
menos en clase. Tras hacer la piña la profesora nos dijo que nos separásemos y
que empezásemos a andar por la clase como diciendo “Aquí estoy yo, así soy yo”,
ocupando el espacio que necesitábamos al andar. Luego teníamos que seguir
andando pero de un lado a otro y cada ratillo que diésemos una vuelta sobre
nosotros mismos y que cambiásemos de dirección. Tras hacer esto nos pidió que
siguiéramos haciendo lo mismo pero esta vez teníamos que ir en parejas
mirándonos a la cara y sin apartar la mirada, parece fácil, pero si una persona
de las parejas se pone a girar sobre sí mismo ya es otra cosa. Yo creo que esto ayuda a la empatía con los
demás, a ponerte en el lugar de otro y a actuar en consecuencia. Luego ya no
era solo mirar, ahora si pasabas por al lado de alguien y querías, podías tocar
o rozar a la persona de al lado. Hicieron más cosas pero yo no pude quedarme
más en la clase.
Creo que ha
sido una experiencia muy buena, me lo he pasado muy bien y me he divertido
mucho en este taller. Esta experiencia me ha servido para conectar más con mis compañeros de clase y
creo que todo esto nos ayudará en los 3 años que nos queda de carrera.
También ha
cambiado mi manera de ver la asignatura de educación física, creo que todos los
que estaban en clase o la mayoría entendían la educación física como deportes y
poco más. Ya sé que no es solo eso, es algo más profundo, es tomar el control
de tu cuerpo e interactuar con tu alrededor.
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