viernes, 23 de mayo de 2014

Taller narrativa corporal


Taller de narrativa corporal

El día 21 de Mayo la clase de 1º B y 1º C de educación primaria  recibimos la visita de una profesora de educación física de Almería. Comenzó presentándose y comentando a que se dedicaba, luego nos comentó que la educación física no es solo deporte, la educación física es movimiento corporal, equilibrio, conocimiento de uno mismo…
Para  comenzar el taller la profesora nos dijo que teníamos que cerrar los portátiles y dejar las mochilas a un lado de la clase para que no nos molestase, pero todo esto teníamos que hacerlo al ritmo de la música. La canción que sonaba era “Happy” de Pharrell Williams. Una vez hemos apartado todas las mochilas y demás cosas nos pusimos a bailar por toda la clase al ritmo de esta canción, pero con una condición, no podíamos tocar las sillas ni entre nosotros, ni hablar, solo podíamos cantar la canción si nos la sabíamos. Mientras bailábamos al ritmo de la música la profesora nos iba dando pautas para bailar, por ejemplo una de ellas fue que solo moviéramos la cabeza.

Poco después de bailar entre las sillas, cada persona de la clase tuvimos que elegir una silla, pero no una silla cualquiera sino la silla más lejana a nosotros, más complicada de coger, la que más nos gustase. Todo esto había que hacerlo sin hablar, si dos personas cogían la misma silla tenían que discutir sin hablar quien se quedaría la silla. Tras coger cada uno la silla, recogimos las demás, las plegamos y las pegamos a la pared para que no nos molestase.

Tras dejar más espacio en la clase, nos pusimos a bailar con la silla, primero con la silla en el suelo, luego podíamos cogerla y hacer lo que quisiéramos con ella. Cuando comenzamos a bailar con la silla tuvimos que hacer los pasos que quisiéramos, luego imitar a la persona de nuestro lado, luego a una persona que estuviera lejos. Cuando ya nos hubiéramos quedado con esos pasos la clase se dividió la en 4 grupos. Cada grupo tuvo que hacer una coreografía con los pasos que habían aprendido cada uno. La tarea de realizar una coreografía no es difícil pero el problema estaba en que no podíamos hablar entre nosotros ni hacer gestos, teníamos que ir aportando cada uno lo que creía que pegaría en el baile.

En cuanto cada grupo enseñó su coreografía, la profesora nos dijo que nos pusiéramos en círculo sentado cada uno en una silla. Una vez sentados todos nos hizo una especie de taller de relajación, aunque ella dijo que no era de relajación, pero yo y muchos de mis compañeros  pensamos que sí. La situación fue la siguiente, cuando ya estábamos sentados todos en círculo la profesora nos dijo que pusiéramos las manos sobre las piernas, que mirásemos que estuviéramos bien sentados. Mientras iba explicando cómo había que sentarse bien iba recordándonos el nombre de ciertos huesos y músculos que no recordábamos, una vez estábamos sentados perfectamente nos pidió que diéramos tres respiraciones profundas y que luego recapacitáramos sobre tres preguntas. Que eran las siguientes: ¿Qué sensaciones habíamos tenido? ¿Cómo lo relacionaríamos con las asignaturas de organización y didáctica? ¿Qué pensábamos acerca de la actividad?
Después de pensar sobre estas preguntas algunos de los alumnos expusieron sus respuestas. Hubo variedad de respuestas, muchos se sintieron raros porque lo de bailar era algo que no haríamos en una clase normal, muchos sintieron vergüenza, timidez, cohibidos… otros se sintieron libres, ya que podían hacer lo que quisieran aunque siempre dentro de unos límites. Podemos relacionar este taller con la organización, ya que a la hora de hacer la coreografía necesitábamos organizarnos y saber cómo hacerlo. Así fue como acabamos la primera parte del taller.

La segunda parte del taller comenzó a las 11 y cuarto, comenzamos haciendo una piña en la mitad de la clase con las personas que había. Para esta actividad ya éramos menos en clase. Tras hacer la piña la profesora nos dijo que nos separásemos y que empezásemos a andar por la clase como diciendo “Aquí estoy yo, así soy yo”, ocupando el espacio que necesitábamos al andar. Luego teníamos que seguir andando pero de un lado a otro y cada ratillo que diésemos una vuelta sobre nosotros mismos y que cambiásemos de dirección. Tras hacer esto nos pidió que siguiéramos haciendo lo mismo pero esta vez teníamos que ir en parejas mirándonos a la cara y sin apartar la mirada, parece fácil, pero si una persona de las parejas se pone a girar sobre sí mismo ya es otra cosa.  Yo creo que esto ayuda a la empatía con los demás, a ponerte en el lugar de otro y a actuar en consecuencia. Luego ya no era solo mirar, ahora si pasabas por al lado de alguien y querías, podías tocar o rozar a la persona de al lado. Hicieron más cosas pero yo no pude quedarme más en la clase.

Creo que ha sido una experiencia muy buena, me lo he pasado muy bien y me he divertido mucho en este taller. Esta experiencia me ha servido para  conectar más con mis compañeros de clase y creo que todo esto nos ayudará en los 3 años que nos queda de carrera.
También ha cambiado mi manera de ver la asignatura de educación física, creo que todos los que estaban en clase o la mayoría entendían la educación física como deportes y poco más. Ya sé que no es solo eso, es algo más profundo, es tomar el control de tu cuerpo e interactuar con tu alrededor.

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