domingo, 4 de mayo de 2014

La libertad y el ritmo del individuo como base de su educación y desarrollo



“El ritmo es algo vivo, portador de salud”
 
                                                 Rudolf Steiner

Desde que nacemos estamos sometidos a una serie de acontecimientos determinado por aquello que conocemos como “biología”, otros tantos vendrán determinados por el ambiente, pero estos ya serán tratados en otra ocasión. El ritmo biológico de cada individuo es diferente pero a su vez lo suficientemente común para establecer una pautas de desarrollo a lo largo de la vida. Y es aquí donde, junto al concepto de libertad, el filosofo austriaco Rudolf Steiner sentaría sus bases metodológicas y de lo que a día de hoy conocimos como Escuelas Waldorf.

A priori desconocidas, las Escuelas Waldorf llevan entre nosotros desde hace más de 60 años, impulsando un modelo de educación que poco o nada tiene que ver con el actual que imparten la mayoría de centros e instituciones, cambiando radicalmente su forma tanto en los aspectos organizativos como didácticos y metodológicos.

Este tipo de escuela debe verse desde la libertad, es decir, alejada de todo interés político, económico o de cualquier otro tipo. No puede entenderse desde otro punto de vista que no sea este, desde la libertad, la autoadministración, tanto a la hora de elegir a los maestros como para aplicar un determinado programa escolar, sin olvidar la parte económica y por supuesto las relaciones sociales tanto dentro de la misma como con su entorno.

Si nos vamos a una definición más exacta la podemos definir como: 

“Escuelas libres formadas por exclusivamente por el trabajo conjunto y colegiado de los profesores y por el estrecho contacto y participación de los padres que forman parte de la Asociación de padres y maestros, que colaboran en la administración de la escuela y participan en el proceso educativo y formativo de los escolares”

Una vez que tenemos una definición más concreta podemos entrar a ver cada uno de los elementos que componen la misma desde los distintos puntos de vista y como la libertad y el ritmo individual están presentes en toda ella.

No se puede empezar a hablar de la organización en una escuela Waldorf sin hacer mención a la triformación social, formada obviamente por tres niveles: El cultural, el jurídico y el económico.

·         En el primero encontramos todo aquello relación con la parte pedagógica de la escuela, donde cada profesor tiene libertad de movimiento para operar como quiera basándose siempre en la libertad del niño y en potenciar sus cualidades.

·         El segundo es aquel referente a la parte social, donde todos los que conforman el centro tienen unas obligaciones y unos derechos determinados por su rol dentro del mismo.

·         Y para finalizar, el económico incluye todo lo relacionado con sueldos y estructuras económicas del centro, dando unas ideas totalmente contrarias a las ya conocidas como son el Capitalismo y el Comunismo, la de la Fraternidad en economía.

Vayamos sin más dilación a centrarnos en los dos primeros puntos de esta trimembración comparándolo a su vez con el sistema actual que tenemos y que tuve a lo largo de mi época estudiantil, la cual aun no ha acabado, pero que desde mi punto de vista se encuentra en un punto lo suficientemente alto como para poder elaborar una comparación con criterio y fundamentos.

En este tipo de escuela la función del profesor no es la de trasmisor de conocimiento como podría ser en una escuela común en España. Aquí va mucho mas allá, basado en los cambios biológicos que el ser humano experimenta en sus primeros 14 años de vida, y con el fin de adaptarse a ellos,  el profesor guiará al alumno a través de un mundo de conocimientos, sensaciones y experiencias lúdicas y educativas basadas en el contacto, en lo real, en aquello que está presente.

Este ritmo biológico conducirá tanto la progresión del niño como la actitud del maestro ante los cambios que vayan ocurriendo, para ello y en contraposición a la escuela actual, donde lo que importa es el libro y no la persona, el maestro pondrá a disposición del alumno una serie de materiales de tipo artístico, como puede ser la pintura, la música y el baile (O euritmia) con los cuales aparte de fomentar su creatividad, le servirán para introducir otros conceptos como son la lengua y las matemáticas.

De este modo los conocimientos se asientan mucho mejor ya que el aprendizaje es significativo porque parte de nuestras experiencias y nos lleva a un nuevo conocimiento, nuestras redes neuronales generan nuevas redes cognitivas que a su vez impulsan nuevas ideas y estas a su vez ayudan a la creatividad del individuo en base al conocimiento adquirido.

Es ahora cuando me gustaría centrarme en la creatividad para decir que a mi gusto, en un mundo donde la información está al alcance de un “Click”, las ideas, la creatividad, es de las pocas cosas que tienen valor. Impulsar estas y fomentarlas es esencial para seguir desarrollándose, tanto como individuo como sociedad, hay que ir mas allá de lo que se nos muestre y hay que dejar siempre pie a nuevas formas de ver las cosas.
Remarcar también el uso del cuento como pieza para mostrar diferentes circunstancias o experiencias será clave para la transmisión de un pensamiento que se quiere hacer llegar al niño pero de un modo mucho más natural y lúdico que un libro de texto al uso.

Este tipo de metodología no se preocupa por el tiempo invertido en cada actividad, ni deben preocuparse por llegar al último tema del libro ese tan importante que ciertas editorial ha logrado colocar en X centro, y que padres exigen y siguen a pies juntillas.

En las escuelas Waldorf la Didáctica y la Organización tanto del aula como de lo que se enseña no viene predispuesta por los cánones habituales, todo está dispuesto para favorecer al alumnado ya que lo que cuenta es la realización de la persona, como eso, como persona, no como una esponja que debe absorber tanto conocimiento como la sea posible para luego vomitarlo en un examen, esto no  trata de saber rellenar nada, ¿verdad, informe PISA?, se trata de formar algo mucho más importantes, personas y con ello ciudadanos de un mundo plural, libre y crítico.

Esto último es lo que hace crear buenas y sanas relaciones con los compañeros ayudando así al trabajo en equipo, ayudando a todos los niños a relacionarse entre sí.

Cabe reseñar que en estos centros aparte de no haber libro de texto, y que los alumnos a lo largo del curso diseñen el suyo propio con su material, también carecen de exámenes, al final de trimestre suele entregarse a los padres o tutores un boletín con el desarrollo de su hijo, aquello en lo que destaca y aquello que debe mejorar, evitando así el temido “fracaso escolar” por culpa de unas malas notas, merecidas o no.

Esto último es totalmente impensable en la mayoría de centros actuales, la sociedad occidental basada en el neoliberalismo y la competitividad malsana busca la competencia extrema por encima de todo y nos lo quiere inculcar desde bien pequeños, calificando nuestro desarrollo.

Para ello es fundamental que tanto padres, como maestros se comprometan y colaboren con la escuela, al fin y al cabo la educación debe ser un compromiso de todos, hijos o alumnos, todos ellos representan nuestro futuro.

Todo ello también se ve reflejado en la organización del centro tanto en sus horarios escolares como fuera de ellos.

En este punto y comparando con las escuelas tradicionales donde los horarios van más bien en consonancia a lo que se puede más de lo que a se debe, encontramos horarios muy descompensados y carentes de sentido.

En las escuelas Waldorf los horarios están dispuestos en relación al ritmo del día y del niño, suele ser preferible empezar por actividades más explosivas y acabar con otras más relajadas, al fin y al cabo es nuestro ritmo natural el que marca esta tendencia. 

Es aquí cuando alejándonos ya de la parte didáctica y metodológica entramos en la organizativa, esta suele estar establecida por diversos órganos de gobierno compuestos a su vez por maestros y padres, tanto separados como conjuntamente.

Aunque esta organización queda a cargo del colegio en si podemos encontrar algunas pautas que se repiten en ellos. Encontramos el claustro o Junta General de Maestros formada por todos los profesores del centro y dentro de este y elegido democráticamente, está el equipo directivo o junta internar que se responsabilizara de las funciones más importantes del centro, como pueden ser la contratacion de nuevo personal, despidos, etc.

Existe también un consejo rector encargado de coordinar los órganos de participación del centro. Tanto en clave administrativa como económica.

Y por último las comisiones donde padres tienen su voz y pueden participar en la vida del centro, involucrándose con el mismo y siendo participes de la educación de sus hijos, aportando ideas y escuchando a los profesores con el fin de comprender lo que se quiere llevar a cabo y ayudando a ello. 

Las pretensiones con este sistema son muy claras, buscar la descentralizacion de las funciones y responsabilidades con el fin de que las tomas de decisiones sean cosa de todos, para ello todos los miembros del centro suelen reunirse cada X tiempo, ya sean profesores,  jardineros, padres, etc.  Con el fin de ir viendo el discurrir del centro y los diferentes sucesos que acontecen en el creando así una escuela más dinámica, participativa e implicada que si siguiéramos una lógica burocrática totalmente jerarquizada, es obvio que las escuelas Waldorf están dentro de la ley a la hora de muchas situaciones, pero tienen un modo de organizarse totalmente diferente al resto que las hacen especiales y únicas.

Si tuviéramos que dibujar su organización nos basaríamos en un árbol donde en el centro están los alumnos, a ambos lados se encuentran los maestros y los profesores y a su alrededor encontramos el claustro y  el consejo rector, en la base de todo esto estarían las asambleas donde todos se reúnen, y a los pies de estas, es decir, en las raíces, encontraríamos todo el resto de la organización sobre la que se fundamenta esta metodología, como puede ser la secretaria, la contabilidad del centro, etc.

Llegados a este punto hemos podido ver cómo se organiza una escuela Waldorf tanto didácticamente como administrativamente y no hay que ser muy listo para comprobar que poco o nada tiene que ver con la mayoría de centros que hay en el territorio español, actualmente contamos con 41 centros Waldorf en toda España y creo recordar que en Málaga, en la zona del Cerrado de Calderón se encuentra uno de ellos.
Sería muy hipocritica por mi parte no comentar los fallos que le veo a este tipo de colegios, lógicamente nada es perfecto, así que vamos con ellos.

Principalmente he encontrado dos fallos: La lógica del tiempo y la remuneración de salarios.
Aunque el maestro no se encuentre supeditado a un libro o algo por el estilo, la propia lógica de este tipo de centros que se sigue, donde se basa en el desarrollo del individuo en todas sus vertientes, los periodos críticos de aprendizaje del ser humano limitan en parte ese desarrollo tan libre que se quiere hacer creer aunque solo de una manera poco significativa.

Por otro el concepto de fraternidad en economía donde cada cual cobre respecto de lo que se comprometa me parece que cae por su propio peso cuando es harto complejo discernir qué tiempo ha empleado dicho individuo a la consecución de su trabajo o si de verdad le ha costado algún esfuerzo realizarlo, supongo que esto estará mucho más especificado en la parte económica del centro que solo dejado así en el aire.
Para finalizar y como conclusión decir que, si el propósito de estas asignaturas era elaborar una idea sobre como seria nuestra escuela soñada o ideal, esta dista muy muy poco de la metodología Waldorf. Donde premiar el libre desarrollo del niño incentivando a cultivar las artes, hacer del individuo una persona crítica y compleja que va mucho más allá del libro. Haciéndose un ser humano creativo, solidario y confiado en si mismo (en el buen sentido de la expresión), que el día de mañana podrá sentirse orgulloso de el y que sobre todo seguirá formándose gracias a la motivación intrínseca adquirida en el proceso de enseñanza aprendizaje llevado a cabo por un grupo de padres y maestros comprometidos con la educación, que sin duda son el eje central de todo esto junto al alumno en si.

La unión de familias y profesores, clave en estos centros, debería llevarse a cabo mas allá de las tutorías con padres una vez cada X tiempo en los colegios usuales, luego llegan las quejas de padres sobre sus hijos, solamente fomentando la participación de las familias lograremos que todos se sientan responsables de la educación de sus hijos.
Me parece un proyecto con unas bases muy solidas para una escuela ideal, no de seres con mucho conocimiento, que también, si no de hombres y mujeres libres y comprometidos con el desarrollo de ellos mismos y de los demás.

Decir simplemente que, si la educación fuera o fuese un arte, la metodología Waldorf sería un gran lienzo desde el cual empezar.

No hace falta imaginarla, solo llevarla a cabo.

Ignacio Lanza Canca

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