“El ritmo es algo vivo, portador
de salud”
Rudolf Steiner
Desde que nacemos estamos
sometidos a una serie de acontecimientos determinado por aquello que conocemos
como “biología”, otros tantos vendrán determinados por el ambiente, pero estos
ya serán tratados en otra ocasión. El ritmo biológico de cada individuo es
diferente pero a su vez lo suficientemente común para establecer una pautas de
desarrollo a lo largo de la vida. Y es aquí donde, junto al concepto de
libertad, el filosofo austriaco Rudolf Steiner sentaría sus bases metodológicas
y de lo que a día de hoy conocimos como Escuelas Waldorf.
A priori desconocidas, las Escuelas
Waldorf llevan entre nosotros desde hace más de 60 años, impulsando un modelo
de educación que poco o nada tiene que ver con el actual que imparten la
mayoría de centros e instituciones, cambiando radicalmente su forma tanto en
los aspectos organizativos como didácticos y metodológicos.
Este tipo de escuela debe verse
desde la libertad, es decir, alejada de todo interés político, económico o de
cualquier otro tipo. No puede entenderse desde otro punto de vista que no sea
este, desde la libertad, la autoadministración, tanto a la hora de elegir a los
maestros como para aplicar un determinado programa escolar, sin olvidar la
parte económica y por supuesto las relaciones sociales tanto dentro de la misma
como con su entorno.
Si nos vamos a una definición más
exacta la podemos definir como:
“Escuelas libres formadas por exclusivamente por el trabajo conjunto y
colegiado de los profesores y por el estrecho contacto y participación de los
padres que forman parte de la Asociación de padres y maestros, que colaboran en
la administración de la escuela y participan en el proceso educativo y
formativo de los escolares”
Una vez que tenemos una
definición más concreta podemos entrar a ver cada uno de los elementos que
componen la misma desde los distintos puntos de vista y como la libertad y el
ritmo individual están presentes en toda ella.
No se puede empezar a hablar de
la organización en una escuela Waldorf sin hacer mención a la triformación
social, formada obviamente por tres niveles: El cultural, el jurídico y el
económico.
·
En el primero encontramos todo aquello relación
con la parte pedagógica de la escuela, donde cada profesor tiene libertad de
movimiento para operar como quiera basándose siempre en la libertad del niño y
en potenciar sus cualidades.
·
El segundo es aquel referente a la parte social,
donde todos los que conforman el centro tienen unas obligaciones y unos
derechos determinados por su rol dentro del mismo.
·
Y para finalizar, el económico incluye todo lo
relacionado con sueldos y estructuras económicas del centro, dando unas ideas
totalmente contrarias a las ya conocidas como son el Capitalismo y el
Comunismo, la de la Fraternidad en economía.
Vayamos sin más dilación a
centrarnos en los dos primeros puntos de esta trimembración comparándolo a su
vez con el sistema actual que tenemos y que tuve a lo largo de mi época
estudiantil, la cual aun no ha acabado, pero que desde mi punto de vista se
encuentra en un punto lo suficientemente alto como para poder elaborar una
comparación con criterio y fundamentos.
En este tipo de escuela la
función del profesor no es la de trasmisor de conocimiento como podría ser en
una escuela común en España. Aquí va mucho mas allá, basado en los cambios
biológicos que el ser humano experimenta en sus primeros 14 años de vida, y con
el fin de adaptarse a ellos, el profesor
guiará al alumno a través de un mundo de conocimientos, sensaciones y
experiencias lúdicas y educativas basadas en el contacto, en lo real, en
aquello que está presente.
Este ritmo biológico conducirá
tanto la progresión del niño como la actitud del maestro ante los cambios que
vayan ocurriendo, para ello y en contraposición a la escuela actual, donde lo
que importa es el libro y no la persona, el maestro pondrá a disposición del
alumno una serie de materiales de tipo artístico, como puede ser la pintura, la
música y el baile (O euritmia) con los cuales aparte de fomentar su
creatividad, le servirán para introducir otros conceptos como son la lengua y
las matemáticas.
De este modo los conocimientos se
asientan mucho mejor ya que el aprendizaje es significativo porque parte de
nuestras experiencias y nos lleva a un nuevo conocimiento, nuestras redes
neuronales generan nuevas redes cognitivas que a su vez impulsan nuevas ideas y
estas a su vez ayudan a la creatividad del individuo en base al conocimiento
adquirido.
Es ahora cuando me gustaría centrarme
en la creatividad para decir que a mi gusto, en un mundo donde la información
está al alcance de un “Click”, las ideas, la creatividad, es de las pocas cosas
que tienen valor. Impulsar estas y fomentarlas es esencial para seguir
desarrollándose, tanto como individuo como sociedad, hay que ir mas allá de lo
que se nos muestre y hay que dejar siempre pie a nuevas formas de ver las
cosas.
Remarcar también el uso del cuento
como pieza para mostrar diferentes circunstancias o experiencias será clave
para la transmisión de un pensamiento que se quiere hacer llegar al niño pero
de un modo mucho más natural y lúdico que un libro de texto al uso.
Este tipo de metodología no se
preocupa por el tiempo invertido en cada actividad, ni deben preocuparse por
llegar al último tema del libro ese tan importante que ciertas editorial ha
logrado colocar en X centro, y que padres exigen y siguen a pies juntillas.
En las escuelas Waldorf la
Didáctica y la Organización tanto del aula como de lo que se enseña no viene
predispuesta por los cánones habituales, todo está dispuesto para favorecer al
alumnado ya que lo que cuenta es la realización de la persona, como eso, como
persona, no como una esponja que debe absorber tanto conocimiento como la sea
posible para luego vomitarlo en un examen, esto no trata de saber rellenar nada, ¿verdad,
informe PISA?, se trata de formar algo mucho más importantes, personas y con
ello ciudadanos de un mundo plural, libre y crítico.
Esto último es lo que hace crear
buenas y sanas relaciones con los compañeros ayudando así al trabajo en equipo,
ayudando a todos los niños a relacionarse entre sí.
Cabe reseñar que en estos centros
aparte de no haber libro de texto, y que los alumnos a lo largo del curso
diseñen el suyo propio con su material, también carecen de exámenes, al final
de trimestre suele entregarse a los padres o tutores un boletín con el
desarrollo de su hijo, aquello en lo que destaca y aquello que debe mejorar,
evitando así el temido “fracaso escolar” por culpa de unas malas notas,
merecidas o no.
Esto último es totalmente
impensable en la mayoría de centros actuales, la sociedad occidental basada en
el neoliberalismo y la competitividad malsana busca la competencia extrema por
encima de todo y nos lo quiere inculcar desde bien pequeños, calificando
nuestro desarrollo.
Para ello es fundamental que
tanto padres, como maestros se comprometan y colaboren con la escuela, al fin y
al cabo la educación debe ser un compromiso de todos, hijos o alumnos, todos
ellos representan nuestro futuro.
Todo ello también se ve reflejado
en la organización del centro tanto en sus horarios escolares como fuera de
ellos.
En este punto y comparando con
las escuelas tradicionales donde los horarios van más bien en consonancia a lo
que se puede más de lo que a se debe, encontramos horarios muy descompensados y
carentes de sentido.
En las escuelas Waldorf los
horarios están dispuestos en relación al ritmo del día y del niño, suele ser
preferible empezar por actividades más explosivas y acabar con otras más
relajadas, al fin y al cabo es nuestro ritmo natural el que marca esta
tendencia.
Es aquí cuando alejándonos ya de
la parte didáctica y metodológica entramos en la organizativa, esta suele estar
establecida por diversos órganos de gobierno compuestos a su vez por maestros y
padres, tanto separados como conjuntamente.
Aunque esta organización queda a
cargo del colegio en si podemos encontrar algunas pautas que se repiten en
ellos. Encontramos el claustro o Junta General de Maestros formada por todos los profesores del centro y
dentro de este y elegido democráticamente, está el equipo directivo o junta internar que se
responsabilizara de las funciones más importantes del centro, como pueden ser la contratacion de nuevo personal, despidos, etc.
Existe también un consejo
rector encargado de coordinar los órganos de participación del centro. Tanto en
clave administrativa como económica.
Y por último las comisiones donde
padres tienen su voz y pueden participar en la vida del centro, involucrándose
con el mismo y siendo participes de la educación de sus hijos, aportando ideas
y escuchando a los profesores con el fin de comprender lo que se quiere llevar
a cabo y ayudando a ello.
Las pretensiones con este sistema
son muy claras, buscar la descentralizacion de las funciones y responsabilidades con el fin de que las tomas de decisiones sean cosa de todos, para ello todos los miembros del centro suelen reunirse cada X tiempo, ya sean
profesores, jardineros, padres, etc.
Con el fin de ir viendo el discurrir del centro y los diferentes sucesos
que acontecen en el creando así una escuela más dinámica, participativa e
implicada que si siguiéramos una lógica burocrática totalmente jerarquizada, es
obvio que las escuelas Waldorf están dentro de la ley a la hora de muchas
situaciones, pero tienen un modo de organizarse totalmente diferente al resto
que las hacen especiales y únicas.
Si tuviéramos que dibujar su
organización nos basaríamos en un árbol donde en el centro están los alumnos, a
ambos lados se encuentran los maestros y los profesores y a su alrededor
encontramos el claustro y el consejo
rector, en la base de todo esto estarían las asambleas donde todos se reúnen, y
a los pies de estas, es decir, en las raíces, encontraríamos todo el resto de
la organización sobre la que se fundamenta esta metodología, como puede ser la
secretaria, la contabilidad del centro, etc.
Llegados a este punto hemos
podido ver cómo se organiza una escuela Waldorf tanto didácticamente como
administrativamente y no hay que ser muy listo para comprobar que poco o nada
tiene que ver con la mayoría de centros que hay en el territorio español, actualmente
contamos con 41 centros Waldorf en toda España y creo recordar que en Málaga, en
la zona del Cerrado de Calderón se encuentra uno de ellos.
Sería muy hipocritica por mi parte
no comentar los fallos que le veo a este tipo de colegios, lógicamente nada es
perfecto, así que vamos con ellos.
Principalmente he encontrado dos
fallos: La lógica del tiempo y la remuneración de salarios.
Aunque el maestro no se encuentre
supeditado a un libro o algo por el estilo, la propia lógica de este tipo de
centros que se sigue, donde se basa en el desarrollo del individuo en todas sus
vertientes, los periodos críticos de aprendizaje del ser humano limitan en
parte ese desarrollo tan libre que se quiere hacer creer aunque solo de una
manera poco significativa.
Por otro el concepto de
fraternidad en economía donde cada cual cobre respecto de lo que se comprometa
me parece que cae por su propio peso cuando es harto complejo discernir qué
tiempo ha empleado dicho individuo a la consecución de su trabajo o si de
verdad le ha costado algún esfuerzo realizarlo, supongo que esto estará mucho
más especificado en la parte económica del centro que solo dejado así en el
aire.
Para finalizar y como conclusión decir
que, si el propósito de estas asignaturas era elaborar una idea sobre como
seria nuestra escuela soñada o ideal, esta dista muy muy poco de la metodología
Waldorf. Donde premiar el libre desarrollo del niño incentivando a cultivar las
artes, hacer del individuo una persona crítica y compleja que va mucho más allá
del libro. Haciéndose un ser humano creativo, solidario y confiado en si mismo
(en el buen sentido de la expresión), que el día de mañana podrá sentirse
orgulloso de el y que sobre todo seguirá formándose gracias
a la motivación intrínseca adquirida en el proceso de enseñanza aprendizaje
llevado a cabo por un grupo de padres y maestros comprometidos con la
educación, que sin duda son el eje central de todo esto junto al alumno en si.
La unión de familias y profesores,
clave en estos centros, debería llevarse a cabo mas allá de las tutorías con
padres una vez cada X tiempo en los colegios usuales, luego llegan las quejas de padres sobre sus
hijos, solamente fomentando la participación de las familias lograremos que todos se
sientan responsables de la educación de sus hijos.
Me parece un proyecto con unas
bases muy solidas para una escuela ideal, no de seres con mucho conocimiento,
que también, si no de hombres y mujeres libres y comprometidos con el desarrollo
de ellos mismos y de los demás.
Decir simplemente que, si la
educación fuera o fuese un arte, la metodología Waldorf sería un gran lienzo
desde el cual empezar.
No hace falta imaginarla, solo
llevarla a cabo.
Ignacio Lanza Canca
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