domingo, 27 de abril de 2014

Tematización: Relaciones personales

Con los compañeros:
"Los compañeros me amenazaban delante de los profesores, y recuerdo que, lo más duro que llegó a decir mi tutor fue: “me parece muy fuerte lo que has dicho”. Ellos conseguían jugar conmigo a base de insultos, miradas y comentarios de asco que soltaban al aire como si yo no estuviera (sabiendo que escuchaba), conversaciones de Messenger denigrantes, publicando mis intimidades y mofándose de ellas, etc."
Paula Fernández
 
"(...) lo que sí que me acuerdo con más relevancia eran de los recreos, en los que mis amigas y yo nos pasábamos la media hora dando vueltas en torno al edificio o jugando a la “bomba” o al “pilla pilla”. También pero no en muchas ocasiones jugábamos con los niños de nuestra clase al "poli-ladrón" o al "congelador". Resulta curioso pero esas amigas con las que jugaba continúan siendo mis amigas ya que siempre hemos estado en los mismos centros educativos y hemos mantenido nuestra relación."
 María Fernández León


"Entré con 3 años y salí con 5, aquí conocí a amigos que estarían conmigo a lo largo de varios años de mi educación, recuerdo los bailes, las fiestas, los libros con las actividades (aun los conservo), como nos sentábamos todos juntos uniendo las mesas pequeñas, como anécdota sé que me caí cuando vinieron los reyes magos y encima delante de todo el mundo, también tuve dos “novias” y sinceramente recuerdo esta etapa como una muy bonita de mi vida"

Nacho Lanza

"En la guardería tenia tenía una mejor amiga, mi primera mejor amiga, que se llamaba Laura igual que yo, y tan buenas amigas éramos, que incluso compartíamos novio. Nuestro novio se llamaba David, y era un niño de rizos rubios y ojos azules que nos acompañaba a todos lados de la mano y con una sonrisa de oreja a oreja"

"Mis mejores amigos en el Colegio Picasso eran Juan Antonio y Rocío, que resultaban además ser mis vecinos. Pasábamos todo el día juntos, desde por la mañana en clase y recogiendo cochinillas en el recreo, hasta por la tarde, jugando en los rellanos del edificio y las casas de cada uno de nosotros. Con respecto a mis compañeros, recuerdo que en mi clase había dos gemelas, Rebeca e Irene, con las que me llevaba super bien, y con las que jugaba a que yo era una tercera gemela y éramos hermanas. También recuerdo que había un chico en nuestra clase que se llamaba Sergio, y que tenía un poco de retraso o algún problema, no lo recuerdo bien, pero a pesar de ser diferente a nosotros era un chico encantador y muy simpático y amable. Recuerdo también a un chico gitano, Miguel, que me metía cartitas de amor en la mochila sin que me diera cuenta, y luego mi madre las encontraba cuando me quitaba la mochila para sacar los deberes. Por último recuerdo a Ernesto, un chico muy inteligente que dibujaba de maravilla, y que me hizo un dibujo precioso cuando me fui del colegio."

"Mi primer día en Las Cañadas estaba un poco asustada, y además yo entraba a mitad de curso, por lo que los grupos de amigos en las clases ya estaban formados. Sin embargo, y a pesar de mis miedos, al llegar a clase descubrí que no tenía nada que temer. Resultó que coincidí con dos antiguos compañeros del Picasso que también se habían cambiado de cole, y con mi mejor amiga de la guardería, y esto hizo que hiciera amigos mucho más rápido y pudiera integrarme antes en la clase y en el colegio."
Laura Ojeda Sánchez


"(...) Recuerdo muy bien la confusión que sentía cuando me llamaba en voz baja, en mitad de la clase siempre mientras hacíamos los ejercicios, insistía hasta que me giraba y le miraba. En ese momento podían pasar dos cosas, que siempre comenzaban con la frase “¿por dónde vas?”. En el caso de que fuese algún ejercicio por delante de ella recuerdo su cara de angustia y su suplicante “¡espérame!”. Sin embargo si ella era la que iba por delante, no decía nada y seguía haciendo sus deberes a toda velocidad."
Alba Ordóñez

Con el profesorado:  


"Sin embargo, lo que más me afectó (y a día de hoy sigue condicionando mi vida) fue el acoso psicológico tan grande que recibí de allí, por parte de alumnos como de profesores, y el centro no movió un dedo para ayudarme. Algunos porque no les convenía arriesgar su trabajo. Otros, simplemente, por incompetencia." 
Paula Fernández 


 "En el primer ciclo de Primaria tuve una maestra muy mayor en ambos cursos, 1º y 2º de Primaria. Era una mujer muy buena y nos trataba con cariño, eso es lo único que recuerdo. En tercero, tenía otra maestra que para preguntarnos las tablas de multiplicar nos ponía de espaldas a una pared, en la que estaban pegadas dichas tablas. Esta metodología la realizaba todas las semanas a diferentes alumnos, y siempre me sentía asustada por ser la elegida. Recuerdo también que nuestros compañeros nos ayudaban. 
Mi cuarto curso; como recuerdo más significativo fue el nuevo maestro de música, Raúl, un hombre joven y enérgico, que nos preparó para un concurso de canto. Además, sus clases eran muy dinámicas y casi siempre las realizábamos en el aula de gimnasia.

Los últimos dos años de la Primaria estuvieron marcados por una maestra que a mi parecer debía estar jubilada porque era muy mayor, se llamaba Pilar. Era una mujer muy simpática, un poco chillona y, en ocasiones, un tanto “tontilla” porque nos trataba como si fuésemos niños pequeños e ingenuos. Aun así, siempre nos trató con mucho cariño y disfrutamos de todas las actividades que se realizaban en clase."
 María Fernández León 
 
"la relación con este colegio (infantil) se prolongó una vez acabado mi periodo educativo en el, esto fue gracias a la relación existente entre mi profesora, la señorita May y los padres, y es que,  todos los años posteriores algunas de las familias se reunían con la profesora para ver la evolución de los alumnos y así los antiguos alumnos nos volvíamos a ver en aquel patio que tantos buenos ratos nos dio". 
          Primaria.

"(...) De segundo recuerdo perfectamente a la profesora, se llamaba Concepción Frías y la recuerdo por todo lo malo que se puede recordar a un profesor, particularmente a mi me asustaba y era una mujer muy estricta y seria, fue un mal año en la escuela por ello para mí ya que incluso vomitaba todas las mañanas antes de ir…pero al llegar tercero tuvimos una de las mejores profesoras que recuerdo haber tenido, María Hontanares,  estuvo con nosotros tres años (Hasta quinto) y fueron tres años muy bonitos en los que aprendí mucho, me divertí y disfrute de la escuela, tanto los padres como mis compañeros estaban muy contentos con ella pero llegado sexto se jubilo y tuvimos una profesora bastante borde y antipática la cual no recuerdo el nombre pero la sigo viendo por la calle..."

Nacho Lanza

"Los dos años de Parvulario tuve de profesora a Marielo, una mujer muy agradable y dulce que se portaba siempre muy bien con todos nosotros. Con esta mujer aprendimos la canción de las vocales, que luego interpretamos frente a todos los alumnos del colegio y frente a los padres en el baile de fin de curso"
"Durante el primer ciclo de Primaria mi tutora fue Paco, un hombre mayor de pelo gris y blanco muy paciente, y que olía muy bien. Aún hoy cuando huelo una colonia parecida me acuerdo de él. (...) Durante el segundo ciclo mi tutora y profesora fue Pepi, otra mujer mayor, con gafas culo de vaso y muchos anillos en las manos. Recuerdo que en esta etapa comenzamos a hacer nuestros primeros exámenes, y empezamos a usar bolígrafos. (...) Por último, mis dos últimos años de colegio los pasé con Maria Antonia, nuestra tutora en 5º y 6º. Al igual que la profesora Pepi, Maria Antonia era una mujer mayor, también con gafas de culo de vaso, y con muchos anillos en las manos. De hecho creo recordar que eran muy amigas entre ellas. De Maria Antonia recuerdo que era muy buena explicando las cosas, pero en plástica era demasiado estricta y perfeccionista. (...) Con ella saqué mi primer 7’75, en conocimiento del medio, y me sentó muy mal porque yo estaba acostumbrada a sacar siempre sobresalientes, pero ella me calmó y me dijo que lo importante no era la nota, sino el esfuerzo que había detrás, y a partir de entonces no volví a sentirme tan mal por un notable bajo." 
Laura Ojeda Sanchez



"Mi profesora (de párvulos) se encantaba con mis dibujos pero le llamaba la atención mi incapacidad para dibujar a las personas de frente, quedando todas y cada una de ellas de perfil. Cuando pienso en esto recuerdo su sonrisa confusa.

     Ella era paciente y suave en su comportamiento, tenía a todos sus niños muy contentos, sus clases eran tranquilas y divertidas. Recuerdo perfectamente cómo me chocaba que una persona así fuera capaz de arrancarle los dientes de leche que quedaban colgando a sus pequeños alumnos, incluso a mí me llegó el día. Llena de temor solo podía pensar en que habría sangre a borbotones y dolor, pero al abrir los ojos mi diente ya estaba en sus manos, y yo ni me había dado cuenta."
 Alba Ordóñez

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