El siguiente video es una presentación de Aprendiendo a aprender, el podcast estudiantil realizado para las asignaturas de Didactica general y Organización educativa de centros e instituciones.
sábado, 7 de junio de 2014
domingo, 1 de junio de 2014
Una breve conclusión: nuestra escuela ideal
Tras muchas horas y días de trabajo, tratando todos los temas vistos en clase y buscando información allá donde la veíamos, podemos llegar a la siguiente conclusión:
Una escuela ideal es recíproca; no impone el aprendizaje, no lo limita, y los alumnos no se sienten coartados por la autoridad. La función enseñanza-aprendizaje es bidireccional, porque no importa a qué lado de la mesa te encuentres, las lecciones las aprenden todos por igual.
El alumno es el eje de la educación, adaptando el proceso didáctico a él en todo momento. Para ello, indagar en él y sus circunstancias es necesario.
Así, no se ha de encadenar la metodología a un procedimiento estático, ha de ser flexible, pues si se pretende seguir un esquema a la hora de educar a los alumnos, el resultado será contraproducente al mismo concepto de educación.
La mejor manera de hacerlo es invitar al alumno a aprender, a buscar y crear sus propias respuestas, que su motivación principal sea adquirir conocimiento sobre todas las cosas.
Para que el niño tenga la oportunidad de desarrollar un pensamiento crítico y disfrutar de un proceso educativo efectivo, es esencial que su contexto sea equilibrado. Por lo tanto, la colabración entre profesorado y familias es un factor clave para crear pequeños pensadores, que en un futuro serán grandes personas.
Nosotros, como futuros docentes, debemos idear la manera de escapar de las trabas que nos presente el sistema educativo convencional y hacer de nuestras aulas pequeños espacios propios en los que el aprendizaje se produzca de la manera que nosotros consideramos la más adecuada.
Esta es la breve y concisa conclusión a la que hemos llegado a partir de los diferentes debates en los que hemos participado y podéis escuchar en nuestro podcast Aprendiendo a Aprender.
Apostar por uno mismo
Antes de nada, quisiera confesar un pequeño secreto que,
hasta ahora, he tenido oculto en una parte un tanto íntima de mí; desde que
tenía tres años siempre me entusiasmó la profesión de modelo. Cuanto más
descubría, más ilusión me hacía llegar algún día a trabajar desfilando en
pasarelas o enfrentándome a las cámaras. Dicha esperanza se conservaba en mí
hasta que, con catorce años, me informaron de que a las mujeres se les exige
una altura mínima de trece centímetros por encima de mi altura. Busqué
respuestas del porqué de esto, y me dijeron de todo (que es una forma de
ponerse de acuerdo para escoger tallas, para que la ropa se vea más grande en
una pasarela, etc.). Sin embargo, hubo una razón que me llamó especialmente la
atención: al parecer, el cuerpo de una modelo es su herramienta de trabajo, y
con él tiene que vender su producto, por lo tanto, sus cualidades tienen que
estar por encima de la media, y su altura tiene que estar por encima de la
media, porque el cuerpo de una modelo no es la media, es una fantasía a la que
el consumidor quiere llegar.
Todas las respuestas me parecieron insuficientes considerando
el requisito tan absurdo y limitador que intentan justificar, pero sin duda,
esta última me pareció “horrible”, no al decir que tenías que estar por encima
de la media (que lo veo normal si vas a dedicarte a un empleo competitivo),
sino al imponer la “alta estatura” como sinónimo de belleza, ya que de este
modo, las grandes industrias manejan a la sociedad para que obedezcan sus
cánones y desprecien las características inamovibles de nuestro cuerpo que la televisión
nos dice que “no te hacen especial”.
Quería introducir esto porque, día a día, podemos observar
esta situación no sólo en las escuelas; en puestos de trabajo, en concursos de
cualquier tipo, o incluso para establecer relaciones personales. ¿Cuántas
recepcionistas nos hemos encontrado en una consulta del médico con pelo rosa o
pendientes? ¿Cuántas veces la gente rechaza música diferente porque no es tan
fácil de asimilar como los ritmos repetitivos a los que nos tiene acostumbrados
la industria musical? O, ¿cuántas veces hemos sido rechazados de adolescentes
porque no damos la imagen de “popular”?
No nos advierten de pequeños que el mundo se compone de
esquemas establecidos, la mayoría de ellos injustos. No nos dicen que tenemos
que ser fuertes y luchar en lo que creemos, y por tanto, caemos en las redes y
nos dejamos pisotear por gente que pretende estar por encima. Y los pocos que
no se dejan convencer acaban por los suelos, señalados y humillados.
Creo firmemente que estos valores los debería enseñar la
escuela, pero lamentablemente, lo veo imposible, cuando la misma escuela de hoy
en día aplica estos esquemas a diario. Todos sabemos que un buen estudiante es
el que tiene la media más alta, arma menos jaleo, y su protocolo es el más
impecable, sin tener en cuenta ninguna de sus cualidades. Todo aquel cuya media
no sobrepase el notable alto no es digno de llamarse inteligente, aunque se
sepa que es superdotado en matemáticas, o un genio en arte (categoría aún
inexistente en los centros educativos). Aquel alumno que padezca de
hiperactividad será tratado de enfermo, y no se le explotarán sus cualidades
como el atleta que puede llegar a ser. Y como a todos nos han pillado alguna
vez, el chicle en la boca es una falta de respeto al profesor (que alguien me
explique esta relación, porque todos hemos mascado chicle con gente delante y
no ha habido motivo de ofensa si se hace con discreción). Todas estas
excepciones, que no tratan de forzarse y encajar en los requisitos, son
tratados como “alumnos de deshecho”, que por estar en contra de lo que se les
impone, no llegarán a nada en la vida.
Y lo mismo ocurre entre las mismas escuelas, con los pocos
colegios que intentan sobrevivir con enseñanzas alternativas. Son más
rechazadas porque no se rigen dentro de lo normal (aunque sepamos que lo normal
no funciona, pero insistimos en ello, porque no nos atrevemos a escapar de la
esclavitud por el miedo que nos han impuesto). Cuentan con menos recursos,
aunque estos sean necesarios, y la pasión por su iniciativa desborde. Y la
verdad es que es tan difícil, y es una masa tan grande contra la que hay que luchar
que, a veces, darse por vencidos podría compensar todos los problemas que nos
causaría dicha pelea.
Hace poco se celebró aquí en Málaga el casting para el
concurso de modelaje más prestigioso del mundo, Elite Model Look, cuyo único
requisito era una estatura de 1,72 mínima en mujeres (hasta 1,68 pasaron la mano),
y 1,80 en hombres. Llevaba un año planteándome seriamente presentarme, aunque
fuera por probar, demostrar algo. Pero llega el miedo y el planteamiento obvio:
¿Para qué, si no cumplo el primer requisito que exigen? ¿Ir para soportar a un
montón de chicas (algunas que conocía) diciéndome que no debería estar ahí,
porque en cuanto me midan me van a prohibir participar? ¿Molestarme para que me
recuerden que “no doy la talla”, literalmente?
Y este tipo de preguntas se me han venido a la cabeza
siempre que se me ha presentado la oportunidad de hacer algo nuevo. “Siempre
habrá alguien más que yo, siempre habrá gente que esté más a la altura, gente
que lo tiene más fácil, que tiene el camino hecho ya, que encaja mejor…que ya
me he tropezado otras veces…¿Por qué iba a creer en mí?”.
El otro día, mi compañero hizo su autoevaluación en clase, y
cuando le preguntaron por qué merecía una nota tan alta, dijo “porque yo creo
en lo que he hecho”, y demostró y argumentó con creces que su trabajo estaba “por
encima de la media”, surgiendo a partir de una idea novedosa, fuera de lo
normal, que nos ha aportado como equipo muchísimo más que si hubiéramos llevado
a cabo un trabajo “estándar”. Y creo que ese es el tipo de actitud que nos
mantendrá de pie cuando nos intenten manipular. Puede que no seamos los mejores
a la primera, ni a la segunda, ni a la de veinte, pero si realmente queremos
algo que vale la pena contar, que vale la pena VIVIR, debemos tener fe ciega en
nosotros mismos, porque nadie más la tendrá, y nadie más luchará más que
nosotros mismos por lo que queremos. Y así hemos conseguido crear barcos gigantes
que flotan en el agua, hemos conseguido la libertad de expresión y de
pensamiento, y ahora estamos consiguiendo la igualdad de razas y entre hombres
y mujeres. Todas aquellas personas que empezaron siendo rechazadas, tuvieron
que decir un día que creían, para poder mantenerse de pie, hasta que vieron su
sueño cumplido, o hasta que la muerte se los llevara VIVIENDO LIBRES DE
ESCLAVITUD. Claro que da miedo tan solo imaginar una pequeña parte de lo que
podemos perder, pero tenemos que plantearnos seriamente cuánto valen nuestros
sueños, nuestros valores y, sobre todo, NUESTRA PERSONA. Porque el valor de
alguien no viene preestablecido, sino que se gana día a día, con el respeto que
nos tengamos y cómo nos dejemos respetar.
Las apuestas son arriesgadas, y duras si uno pierde, pero
¿Realmente estamos dispuestos a apostar en contra de uno mismo? Seamos
valientes por una vez y demos ejemplo a los adultos del mañana, demostrando que
hay que luchar por lo que realmente merece la pena.
jueves, 29 de mayo de 2014
Aprendiendo a Aprender 5 – La escuela creativa
Aprendiendo a Aprender, el podcast estudiantil en el que se debaten diversos temas que afectan a la educación actual.
En nuestro quinto podcast debatimos en torno a la necesidad creativa de las educación, cómo se ve reflejada en metodologías alternativas, como las escuelas por proyectos, y cómo la engloban las escuelas convencionales.
En nuestro quinto podcast debatimos en torno a la necesidad creativa de las educación, cómo se ve reflejada en metodologías alternativas, como las escuelas por proyectos, y cómo la engloban las escuelas convencionales.
Entrevistamos a Pablo Cortés, Doctor en pedagogía y docente en la Universidad de Málaga acerca de su visión del papel del profesor.
Concluimos con este programa la serie de podcasts Aprendiendo a Aprender, esperamos que os hayan hecho reflexionar.
Jaulas abiertas
El
pasado viernes disfrutamos de una clase de Didáctica un tanto diferente.
Nuestro profesor nos ofreció la oportunidad de conocer un proyecto que están
llevando a cabo algunos antiguos alumnos de nuestra facultad. Este proyecto se
llama “Jaulas Abiertas” y se está construyendo al lado del aulario Gerald
Brenan.
Lo
primero que hicimos fue sentarnos en círculo donde va a situarse la futura aula
de dicho proyecto. Ahí empezamos como un pequeño coloquio en el que dimos
nuestra opinión sobre lo que pensábamos de dicho proyecto. Tras ello, los
integrantes del proyecto nos explicaron cómo iba a ser dicho proyecto y nos
pusimos de pie para realizar una experiencia en la que nos relacionáramos entre
nosotros. El principal objetivo de las “Jaulas Abiertas” es el de fomentar las
relaciones interpersonales en las aulas en las que hoy día no se tienen en
cuenta.
La experiencia
consistía en darnos una serie de masajes en parejas con los ojos cerrados, esto
hacía que interactuáramos entre nosotros y empezáramos a conocernos mejor.
Después
nos dividimos en tres grupos; uno dedicado a la plantación de árboles frutales,
otro a la construcción de mobiliario y otro a la realización de vídeos a modo
de anuncios.
En el
grupo de plantación el monitor nos explicó que el modelo de plantación quieren
llevar a cabo se basa en la permacultura. Esta se fundamenta en el proceso que
lleva a cabo la misma naturaleza y de ahí que todo lo que se realice sea autosuficiente.
La dinámica
de este proyecto es que se vaya formando poco a poco con la colaboración de
todos y que sea un proyecto de todos y para todos.
miércoles, 28 de mayo de 2014
Talleres CEIP Rectora Adelaida de la Calle
Hoy hemos tenido la oportunidad de llevar a cabo en conjunto al grupo Arcoiris, nuestro pequeño taller "Museo de las Criaturas Extraordinarias" en las aulas de 2º del CEIP Rectora Adelaida de la Calle.
La participación fue de nuevo activa y tras finalizar sus criaturas, los grupos salían a la pizarra y exponían en una breve historia en la que todos los miembros debían narrar una frase acerca de su creación.
La experiencia ha sido incluso más gratificante que la anterior vez, puesto que tras llevar a cabo los talleres tuvimos la oportunidad de acudir a un breve coloquio en el que la directora del centro, Mª Virginia Roríguez Jiménez nos explicaba el funcionamiento de los centros por proyectos.
viernes, 23 de mayo de 2014
Taller narrativa corporal
Taller de narrativa corporal
El día 21 de
Mayo la clase de 1º B y 1º C de educación primaria recibimos la visita de una profesora de
educación física de Almería. Comenzó presentándose y comentando a que se
dedicaba, luego nos comentó que la educación física no es solo deporte, la educación
física es movimiento corporal, equilibrio, conocimiento de uno mismo…
Para comenzar el taller la profesora nos dijo que
teníamos que cerrar los portátiles y dejar las mochilas a un lado de la clase
para que no nos molestase, pero todo esto teníamos que hacerlo al ritmo de la
música. La canción que sonaba era “Happy” de Pharrell Williams. Una vez hemos
apartado todas las mochilas y demás cosas nos pusimos a bailar por toda la
clase al ritmo de esta canción, pero con una condición, no podíamos tocar las
sillas ni entre nosotros, ni hablar, solo podíamos cantar la canción si nos la
sabíamos. Mientras bailábamos al ritmo de la música la profesora nos iba dando
pautas para bailar, por ejemplo una de ellas fue que solo moviéramos la cabeza.
Poco después
de bailar entre las sillas, cada persona de la clase tuvimos que elegir una
silla, pero no una silla cualquiera sino la silla más lejana a nosotros, más
complicada de coger, la que más nos gustase. Todo esto había que hacerlo sin
hablar, si dos personas cogían la misma silla tenían que discutir sin hablar
quien se quedaría la silla. Tras coger cada uno la silla, recogimos las demás,
las plegamos y las pegamos a la pared para que no nos molestase.
Tras dejar
más espacio en la clase, nos pusimos a bailar con la silla, primero con la
silla en el suelo, luego podíamos cogerla y hacer lo que quisiéramos con ella. Cuando
comenzamos a bailar con la silla tuvimos que hacer los pasos que quisiéramos,
luego imitar a la persona de nuestro lado, luego a una persona que estuviera
lejos. Cuando ya nos hubiéramos quedado con esos pasos la clase se dividió la
en 4 grupos. Cada grupo tuvo que hacer una coreografía con los pasos que habían
aprendido cada uno. La tarea de realizar una coreografía no es difícil pero el
problema estaba en que no podíamos hablar entre nosotros ni hacer gestos,
teníamos que ir aportando cada uno lo que creía que pegaría en el baile.
En cuanto
cada grupo enseñó su coreografía, la profesora nos dijo que nos pusiéramos en
círculo sentado cada uno en una silla. Una vez sentados todos nos hizo una
especie de taller de relajación, aunque ella dijo que no era de relajación,
pero yo y muchos de mis compañeros
pensamos que sí. La situación fue la siguiente, cuando ya estábamos
sentados todos en círculo la profesora nos dijo que pusiéramos las manos sobre
las piernas, que mirásemos que estuviéramos bien sentados. Mientras iba
explicando cómo había que sentarse bien iba recordándonos el nombre de ciertos
huesos y músculos que no recordábamos, una vez estábamos sentados perfectamente
nos pidió que diéramos tres respiraciones profundas y que luego recapacitáramos
sobre tres preguntas. Que eran las siguientes: ¿Qué sensaciones habíamos
tenido? ¿Cómo lo relacionaríamos con las asignaturas de organización y
didáctica? ¿Qué pensábamos acerca de la actividad?
Después de
pensar sobre estas preguntas algunos de los alumnos expusieron sus respuestas.
Hubo variedad de respuestas, muchos se sintieron raros porque lo de bailar era
algo que no haríamos en una clase normal, muchos sintieron vergüenza, timidez,
cohibidos… otros se sintieron libres, ya que podían hacer lo que quisieran
aunque siempre dentro de unos límites. Podemos relacionar este taller con la
organización, ya que a la hora de hacer la coreografía necesitábamos
organizarnos y saber cómo hacerlo. Así fue como acabamos la primera parte del
taller.
La segunda
parte del taller comenzó a las 11 y cuarto, comenzamos haciendo una piña en la
mitad de la clase con las personas que había. Para esta actividad ya éramos
menos en clase. Tras hacer la piña la profesora nos dijo que nos separásemos y
que empezásemos a andar por la clase como diciendo “Aquí estoy yo, así soy yo”,
ocupando el espacio que necesitábamos al andar. Luego teníamos que seguir
andando pero de un lado a otro y cada ratillo que diésemos una vuelta sobre
nosotros mismos y que cambiásemos de dirección. Tras hacer esto nos pidió que
siguiéramos haciendo lo mismo pero esta vez teníamos que ir en parejas
mirándonos a la cara y sin apartar la mirada, parece fácil, pero si una persona
de las parejas se pone a girar sobre sí mismo ya es otra cosa. Yo creo que esto ayuda a la empatía con los
demás, a ponerte en el lugar de otro y a actuar en consecuencia. Luego ya no
era solo mirar, ahora si pasabas por al lado de alguien y querías, podías tocar
o rozar a la persona de al lado. Hicieron más cosas pero yo no pude quedarme
más en la clase.
Creo que ha
sido una experiencia muy buena, me lo he pasado muy bien y me he divertido
mucho en este taller. Esta experiencia me ha servido para conectar más con mis compañeros de clase y
creo que todo esto nos ayudará en los 3 años que nos queda de carrera.
También ha
cambiado mi manera de ver la asignatura de educación física, creo que todos los
que estaban en clase o la mayoría entendían la educación física como deportes y
poco más. Ya sé que no es solo eso, es algo más profundo, es tomar el control
de tu cuerpo e interactuar con tu alrededor.
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